Xenofobia e etnocentrismo.
Leia abaixo a interessante crítica de Hernán Yepes ao artigo "The Hispanic Challenge" de Samuel Huntigton, teórico do establishment norte-americano.
(colaboração do prof. Dr. Miguel Reyes-Múgica, phD, Universidade de Yale-EUA e da Dra. Mariana Cajaiba,MD, New Haven, leitores e colaboradoes do Blog Politika)
Esos temibles hispanos
Hernán Yepes
La reciente publicación del artículo The Hispanic Challenge, de Samuel Huntington, ha causado gran revuelo e indignación especialmente entre los Latinoamericanos que habitan lo que ahora se conoce como el quinto país de habla castellana más grande en el mundo: Los Estados Unidos. Sin embargo, muchos de estos “Latinos”, como se ha dado ahora en llamar a quienes antes se conocían como “Hispanos” en ciertos círculos, no se han enterado de las denuncias que encuentran en el artículo del prestigioso profesor Huntington de Harvard porque sencillamente están muy ocupados labrando un mejor futuro para sus familias. A esto hay que agregar que los medios populares de comunicación no se encargan precisamente de informar sobre temas que se reservan para escritores, pensadores y otros intelectuales y no ven el peligro que estas ideas esconden a medida que los políticos implementan leyes miopes y contraproducentes.De acuerdo a Huntington, los Latinos amenazan dividir el país en dos. Arguye que, al negar su asimilación lingüística y cultural, los Latinos rechazan los valores anglo-protestantes que construyeron el famoso “sueño americano” y que ignorar esta amenaza puede ser fatal para los Estados Unidos. Peor aún, la integridad política y cultural del país desaparecerá cuando se dividan los hispano-parlantes de los anglo-parlantes con sus terribles consecuencias. Es sorprendente cómo la prepotencia de ciertos pensadores norteamericanos hace que ignoren los avances de su vecino Canadá en la incorporación de lenguas e identidades que pueden florecer en armonioso progreso. Cómo prefieren el saber un solo idioma en lugar de dos o más, cuando el resto del mundo quiere aprender Inglés además de otras lenguas, propias o ajenas. Si aceptamos estas premisas, tenemos que estar de acuerdo con Eduardo Pizarro Leongómez que predice que la antigua guerra entre blancos y negros en Estados Unidos será remplazada por un conflicto contra la creciente comunidad latina. Este resurgimiento de xenofobia o aversión hacia lo extraño o desconocido es una muestra más de la falta de visión e intransigencia que se esconde en el mundo académico norteamericano. Y es hacia allí precisamente que hay que enfila. las baterías de armamentos pedagógicos. La famosas “torres de marfil” son anglo-sajonas por antonomasia pero se sostienen en gran parte debido a las constantes contribuciones de los mejores y más prestigiosos científicos e intelectuales del mundo que buscan en las universidades norteamericanas un refugio personal y un desarrollo profesional que sus países de origen escasamente ofrecen. Las razones para que esto suceda darían material para otro artículo pero ahora interesa solamente señalar la importancia de entender los conflictos contemporáneos en este país que muchos llamamos “nuestro país”, aunque con varios grados de conformidad y aceptación. Esta es otra muestra de la diversidad de opiniones entre la comunidad latina. Como nos recuerda Carlos Fuentes al recibir el primer premio a la “Latinidad” otorgado por las Academias Francesa y Brasilera en Río de Janeiro en junio de 1999, “el mundo del siglo XXI será migratorio y mestizo, o no será”. Lo que debe hacer la comunidad latina en los Estados Unidos es aceptar su diversidad interna y su diversificación exterior. El mestizaje es un proceso siempre en estado de fluctuación y tenemos que entenderlo a medida que aprendamos a respetar las diferencias políticas, intelectuales, religiosas y raciales dentro de nuestra comunidad. Pero la diversidad misma de nuestra civilización nos impone la obligación ineludible de educar tanto a nosotros mismos como a los demás y no permitir que los medios de comunicación masiva o individuos como el profesor Huntington nos definan y nos simplifiquen. Como nos dice Eduardo Galeano, “¿Qué imagen de Estados Unidos se hubiera tenido en el resto del mundo si en los años veinte los corresponsales extranjeros sólo hubieran reportado sobre Al Capone y sus contrabandistas? Hoy por hoy, la publicidad tiene a su cargo el diccionario del lenguaje universal. Si ella, la publicidad fuera Pinocho, su nariz daría varias vueltas al mundo.” Debemos estar atentos a las imágenes que nos venden y al materialismo insulso que nos advierte Galeano cuando señala que la verdad está en la cerveza Heineken y la autenticidad humea en los cigarrillos Winston. Los zapatos deportivos Converse son solidarios y la nueva cámara de Canon se llama Rebelde: ''Para que usted muestre de qué es capaz". También hay que cuidarse de anuncios que dicen que comiendo hamburguesas Burger King, usted puede manifestar su inconformidad: ''A veces hay que romper las reglas". Y que las tarjetas Visa afirman la personalidad: ''Yo puedo". Los automóviles Rover permiten que ''usted exprese su potencia" y la empresa Ford quisiera que ''la vida estuviera tan bien hecha" como su último modelo. Por estas y muchas otras razones, es supremamente importante saber quiénes somos y más aún, quienes queremos ser. Hay que conocer nuestra cultura y nuestra lengua profundamente para no caer en lo que nos advierte Arturo Guerrero sobre la sociedad que nos rodea: “La vida de los norteamericanos es una muestra de lo que puede llegar a ser este planeta impío. Al lado del más formidable despliegue de todas las técnicas, de todas las destrezas, de todas las matemáticas, marcha un hombre solitario y estragado. Un hombre que es un automóvil forrado de comodidades. Un ser acostumbrado al cemento, a la televisión, a las comidas sin gracia.” Ninguna personad de la gran comunidad latina que conozco en los Estados Unidos se quisiera definir así ni quisiera un mundo semejante; por lo menos no un mundo con comidas sin gracia.
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